Perseverando En La Oración

Texto Bíblico:

Hechos 1:6-14 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. 9Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. 12Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. 13Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 14Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Introducción:

El Señor Jesucristo antes de que ascendiera al cielo, les encarga algo sumamente importante a sus discípulos y también les dice que les enviará ayuda para poder cumplir ese encargo sumamente especial.

El poder que recibirían del Espíritu Santo era con el propósito principal de hacer testigos en todos los lugares, desde los más alejados, hasta los más cercanos.

Pero algunos dudaban, sin embargo, ellos debían recordar que el Señor Jesucristo tiene todo el poder y toda la autoridad para dar esta orden:
-Por tanto Id y
-Haced discípulos.

Ellos tenían que usar ese poder, para cumplir esa responsabilidad que les había dado el Señor Jesucristo, de llevar el Evangelio a toda criatura.

Mateo 28:16-20 Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”

Ellos tenían que usar ese poder, para cumplir esa responsabilidad que les había dado el Señor Jesucristo, de llevar el Evangelio a toda criatura.

¿Qué característica debían de reunir los discípulos para cumplir esa orden?

I) Unánimes perseverantes en la oración.

Hechos 1:13-14 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. 14Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Hechos 2:41-42 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas. 42Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

El poder del Espíritu Santo hizo que todos los que escucharon, fueran salvos.
Todos los que estaban reunidos pudieron oír:
-Solo Cristo salva, y el resultado fue que más de 3 mil personas fueran salvas.
La oración siempre ha sido la herramienta fundamental para el cristiano de la antigüedad, por que eran perseguidos y necesitaban pedir de la ayuda de Dios.
Y siempre que se predique el Evangelio, indudablemente habrá persecución.
Eso traerá aflicción y desanimo para algunos, y es entonces cuando se debe de echar mano de la oración, para seguir adelante y cumplir el mandato de la gran comisión

Hechos 6:3-7 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. 7Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.”

Ay del cristiano que sienta que no necesita orar a Dios para pedir lo que necesitamos para el diario vivir.

Hechos 8:14-15 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo;”

II) La oración es una obligación del cristiano.

Hechos 9:11 “Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora.”

Hechos 12:5 “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.”

La oración será el combustible que hará que el corazón rebose de fe.
Porque no sólo es necesaria para predicar el Evangelio, sino para los tiempos de angustia así como también para los tiempos de felicidad.

Toda oración debe tener los siguientes elementos: Petición, Gratitud, Adoración, Confesión.

¿Está orando lo suficiente?

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