Texto Bíblico:
Hebreos 11:1-6 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. 2Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 3Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 4Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. 6Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Introducción:
Muchas veces como seres naturales que somos, solemos decir que tenemos fe y confiamos, pero cuando se trata de dejar por fe las cosas a Dios, nos cuesta mucho trabajo, y aún más nos volvemos incrédulos ante lo que Dios pueda hacer en nuestras vidas.
Todo cristiano debe saber sin fe es imposible agradar a Dios, pero no la fe que sacamos de la boca para fuera, es la fe que sentimos en nuestro corazón que nos hace estar tranquilos y confiados de que el Señor se encargara de nuestra vida.
La Biblia, la Santa Palabra de Dios, nos narra historias muy enriquecedoras de fe, en donde el protagonista principal es el Gran Dios Todopoderoso que se humanó y que nos dio un tremendo ejemplo de fe.
Es necesario que leamos una y otra vez para ejercitar nuestra fe.
1.- El Señor Jesucristo calma la tempestad.
Mateo 8:23-27 “Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 24Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 25Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos! 26El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 27Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?”
En pocas palabras, la fe es la convicción de ver con los ojos espirituales algo irreal o algo ilógico para muchos, más no así para el que cree. O tenemos o no tenemos fe, no hay un punto medio. No podemos dar lugar a la duda, sino decir que las promesas de Dios son si, y solo si, amén en el Amado, nuestro Señor Jesucristo.
2.- El Señor Jesucristo camina sobre el mar.
Mateo 14:22-31 “En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 23Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 24Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 25Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: !!Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! 31Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”
La Fe es un ingrediente no solo necesario sino primordial en la vida del creyente que desea agradar a Dios. Solo nuestra fe mueve a Dios de donde esta. La Fe siempre cree, y no tiene espacio para la duda.
3.- La mujer cananea.
Mateo 15:21-28 “Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: !!Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: !Señor, socórreme! 26Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.”
La fe que agrada a Dios es la que nace en el mismo corazón de Dios, y su única fuente es Dios mismo. Como hijos de Dios estamos llamados a crecer en la fe.
4.- El Centurión.
Lucas 7:1-9 “Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum. 2Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir. 3Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo. 4Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto; 5porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga. 6Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo; 7por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero dí la palabra, y mi siervo será sano. 8Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados bajo mis órdenes; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 9Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”
Teniendo plena seguridad y una firme convicción y segura esperanza y convencimiento total en que Dios lo hará; la fe se mueve en lo invisible, pero se manifiesta en lo natural, la incredulidad no tiene espacio para la fe.
Conclusión:
La duda siempre va a acompañada por los razonamientos y el nivel de duda, determina el grado de fe; a mayor duda, menor fe y a menor duda, mayor fe.
El Señor Jesucristo tuvo que reprocharles a sus discípulos su falta de fe en las distintas oportunidades en que ellos manifestaban los síntomas mencionados antes.
¿Cuántas veces a la semana, o quizás al día nos mostramos preocupados y atemorizados por problemas económicos, salud, problemas de trabajo, o actividades que debemos realizar en un determinado tiempo??
Pero la Biblia nos exhorta: en (Romanos 10:17) “Así que la Fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
Póngase a cuentas con Dios.