Dr. Ezequiel Salazar Jr.

Pastor de la Iglesia Bautista Montecito de Ontario, CA

INTRODUCCIÓN:

El Espíritu Santo: La tercer persona de la trinidad que procede del Padre y del Hijo co-igual con ellos en sus atributos, poder y gloria. Juan 15:26 Jamás se me había pedido una tarea tan exigente como la de tratar con el tema de la doctrina del Espíritu Santo. Cada uno de los fundamentos doctrinales que componen la “la fe que ha sido una vez dada a los santos” son de importancia crítica. Sin embargo al tratar con el tema del Espíritu Santo, estamos pisando terreno santo, donde tocamos la misma presencia de Dios.

Haremos el intento de presentar esta doctrina de una manera muy personal, ya que el Espíritu de Dios ha escogido hacer su morada en el cuerpo de cada creyente. Así que, nos enfocaremos sobre ciertas verdades de las Escrituras sobre el Espíritu de Dios, que han sido ignoradas o mal entendidas entre el pueblo de Dios. Ruego a mi Dios que el fin sea que cada hijo de Dios conozca de una manera más íntima a su Dios a través del Espíritu Santo, ya que Dios escogió revelarnos las cosas profundas de Su persona, y de Su sabiduría, a través de Él. 1Corintios 2:9-10

LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO

Una persona es un ser inteligente que razona y reflexiona en existencia individual. En el mandato del bautismo, Jesús mandó que se bautizase en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo marcando una distinción individual en la persona del Espíritu Santo. Mateo 28:19. Las Escrituras claramente enseñan que el Espíritu Santo es más que solo una fuerza que emana del Padre y del Hijo, sino que distingue al divino Espíritu de Dios como una persona. Sin embargo el Espíritu de Dios sigue formando misteriosamente la unión perfecta con el Padre y el Hijo. A través de la historia, falsas doctrinas han surgido al cometer el error de intentar de explicar esta verdad con la limitación de nuestra lógica y entendimiento humano. Los Antitrinitarios ven al Espíritu Santo nada más como la operación de una mente divina, como una energía ejercida por Dios. La verdad que el Espíritu Santo es co-igual con el Padre y con el Hijo no es aceptable a ellos ni lógico. Pero, el hecho que verdades divinas no se puedan explicar a la satisfacción de nuestro entendimiento no cambia las verdades que la palabra de Dios enseña en cuanto a la persona del Espíritu Santo. En cuanto a su persona; las mismas verdades en las Escrituras que fundamentan y distinguen las personalidades del Padre y el Hijo se aplican a sostener la verdad de que el Espíritu Santo es mas que una fuerza sino una persona. Como ya antes dicho una personalidad implica la capacidad de pensar, razonar, reflexionar, actuar con volición independiente. Hay referencias de cada una de estas virtudes cuando se nos habla del Espíritu Santo en las Escrituras.

El Espíritu Santo es llamado el consolador: paracletos– Jn. 14:16-17, 26; 15: 26; No solo el consolador sino un ayudante, un asistente, un consejero. Su voluntad individual se muestra en que el reparte los dones en la familia de Dios como “él quiere”. 1Corintios 12:4:11. Se le atribuye al Espíritu Santo la capacidad de hablar, oír, tomar lo del Hijo y hacérnoslo saber. Juan 16:13-14 En el libro de los Hechos lo vemos hablando, asignando, enviando, prohibiendo. Hechos 13:2,4; 16:5-7; 20:28; 21:11 Ananías y Safira le mintieron al Espíritu Santo. Encontramos que el Espíritu Santo puede ser contristado, Efesios 4:30, el Espíritu puede ser resistido, Hechos 7:51; puede ser apagado 1Tesalonicense 5:19. Se nos advierte en contra de no cometer blasfemia contra el Espíritu Santo. Mateo 12:31-32

LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO

Muchos de los textos en las Escrituras que distinguen al Espíritu Santo como una persona también declaran a la misma vez su deidad. Pondremos en lista abrumante evidencia que comprueba que el Espíritu Santo es completamente Dios. El Espíritu Santo es nombrado Dios con nombres propios que le pertenecen solo al Dios Altísimo. Hechos 5:3-4; 28:25-27; Hebreos 10:15-17; 2Corintios 10:17-18 Los Atributos Divinos de Dios como su omnipotencia, Lucas 1:35; su Omnisciencia, 1Corintios 2:10-11, Isaías 40:13-14; su Omnipresencia, Salmo 139:7, Romanos 8:26- 25 27, Efesios 2:17-18; su eternidad, Hebreos 9:14 son atribuidos al Espíritu Santo.

Las obras Divinas de Dios son reconocidas como obra del Espíritu Santo. Génesis 1: 2; Job 26:13; Salmo 104:30

La adoración y homenaje que le pertenecen solo a Dios se requieren y se le rinden al Espíritu Santo. Isaías 6:3; Hechos 28:5; Romanos 9:1; Apocalipsis 1:4; 2Corintios 13: 14; Mateo 28:19

La evidencia bíblica de la deidad de la persona del Espíritu Santo no se puede discutir. Maravilloso es pensar que tal y como la presencia de Dios escogió su morada en el Lugar Santísimo en el templo del Antiguo Testamento de la misma manera ahora Dios a hecho su morada en nuestro corazón a través del Espíritu Santo.

LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL CREYENTE

Encontramos al Espíritu de Dios obrando desde el inicio de la creación en Génesis 1:2 poniendo orden; con poder trayendo a existencia el universo por la palabra de Dios. Hebreos 11:3 Le vemos dando poder, apartando, con su divina unción a sus mensajeros, reyes, y siervos en el antiguo testamento. Nuestro Salvador es nacido de hombre en este mundo engendrado por el Espíritu Santo. Mateo 1:20 el Espíritu desciende como paloma sobre el Señor Jesús en su Bautismo marcando el inicio de su ministerio, aprobado y enviado por el Padre. Mateo 3:16 Lleno del Espíritu Santo Jesús obra milagros, proclama juicio y anuncia las buenas nuevas. Mateo 12:18; Lucas 4:18-21 Tiempo y espacio no nos permite poder parar a estudiar detenidamente la obra del Espíritu Santo en el mundo, pues la escritura nos dice que aun en este presente tiempo es el quien detiene el misterio de la iniquidad: “hasta que él a su vez sea quitado de en medio.” 2 Tesalonicenses 2:7 Por lo tanto nos concentraremos en investigar la obra del Espíritu Santo al presente, en la vida del creyente.

La Salvación. El Espíritu de Dios es la fuente divina de vida y sustentador de la misma. Es por medio de él que un pecador iluminado a convicción, convencido de su pecado, recibe la invitación divina a salvación. Juan 16:8-11 Lleno del poder del Espíritu Santo Pedro predica en el día de Pentecostés y los que le oyeron fueron compungidos de corazón clamando “Varones hermanos, ¿qué haremos?” y el resultado fue 3000 personas salvas. Hechos 2:37 El creyente es engendrado a ser Hijo de Dios y el Espíritu Santo es quien le da vida. Es el Espíritu divino de Dios que obra el nuevo nacimiento espiritual para traer vida donde antes había mortandad. Juan 1:12-13; 3:6; 6:63 El proceso de salvación es explicado en Efesios 1:13 cuando nos dice que después de: 1) haber oído; 2) habiendo creído; 3) fuimos sellados con el Espíritu Santo de promesa. Hay quienes dicen que una persona es salva y después recibe al Espíritu Santo. Si una persona no tiene el Espíritu de Dios tal persona puede ser muy religiosa pero no posee salvación. Romanos 8:9. Ahora, la vida de la cual el Espíritu de Dios es autor, debe de ser vivida a través de él, por medio de él, y con el poder de él. Juan 20:22

La Llenura Del Espíritu Santo. Se ha dicho que el titulo del libro de Hechos, antiguamente conocido como “Los Hechos de los Apóstoles” merita más bien haber sido nombrado “Los Hechos del Espíritu Santo”. Fue después de haber recibido la promesa del Padre que la Iglesia primitiva se movió con poder a sacudir el mundo con el mensaje del evangelio. Hechos 1:8 Muchos piensan que no podemos ver en este día un gran movimiento del poder de Dios en las Iglesias. Estoy convencido de que la razón que hay tantos maestros de la Biblia que dicen que ni en la Iglesia, ni en los creyentes podemos ver a Dios obrando como en la Iglesia primitiva de antes, es por la falta de cristianos rendidos, controlados, y llenos del Espíritu Santo.

La vida Cristiana es una vida espiritual y si no se vive en el Espíritu no se vive. De una cosa estoy seguro, y es que hay muchas personas que asisten a la Iglesia y cargan una Biblia que no han nacido de nuevo. Lo que a veces identificamos como carnalidad en verdad es incredulidad. Sin embargo solo Dio es el juez y el único que conoce el corazón de los hombres pero si es alarmante que en la Iglesia común se ve mas carnalidad que espiritualidad. La ignorancia de la persona del Espíritu Santo se muestra en la carnalidad de los cristianos, sus actitudes, al vivir llenos de envidia, celos, contiendas, amor falso, mundanalidad, como en la Iglesia carnal de Corinto. Tendríamos que tristemente admitir que en la vida del cristiano común vemos más las características de la carne que el fruto 26 del Espíritu. 1Corintios 6:19-20; Gálatas 5:19-23 ¿Dónde se encuentran aquellos hijos de Dios que lucen como Jesús quien dijo: “aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón;”? ¿Será que estamos tratando de vivir lo que solo en el Espíritu de Dios se puede vivir bajo el esfuerzo de nuestra carne? Veamos como el Espíritu de Dios es el centro de la vida abundante que Cristo prometió. Consideremos la obra por la cual el Espíritu Santo fue enviado a morar en el corazón de los creyentes y por lo cual se nos manda a que seamos llenos del Espíritu Santo. (Seguid siendo llenos) Efesios 5:18

La Palabra de Dios. El Espíritu Santo es verdad y nos fue dado para guiarnos a toda verdad. Juan 16:13 El es el autor y maestro de la palabra de Dios. La Biblia es un libro espiritual pero el hombre natural nos dice la escritura no entiende las cosas que son del Espíritu de Dios; le son locura, se han de discernir espiritualmente. 1Corintios 2: 14-15 ¿Será esta la razón que los hijos de Dios tienen un compromiso tan pobre a leer sus Biblia; la razón por lo cual el énfasis de las Iglesias ha cambiado a entretenimiento substituyendo la predicación de la palabra de Dios? ¿Será esta la razón del porque hay tantos hijos de Dios que viven desorientados, confundidos, sin dirección en sus vidas? Es importante comprender que la dirección que el Espíritu Santo da es a través de la palabra de Dios y no algún sentimiento místico que no está anclado en la verdad.

La Oración. Pablo nos exhorta a orar y suplicar en el Espíritu. Efesios 6:18 ¡Sin el Espíritu Santo de Dios intercediendo por nosotros no sabemos ni que orar! Romanos 8: 26-27 El poder y las promesas de Dios no han cambiado. “Orad sin cesad” comunica nuestra absoluta y continua dependencia de Dios. 1 Tesalonicenses 5:17 El líder cristiano común no ora; el orar se ha vuelto en una exhibición carnal fariseo sin contestación palpable a nuestras oraciones. Resuenan las palabras: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu,”.

La Unidad. Aunque muchos hablan sobre el poder del Espíritu Santo no muchos hablan de la “unidad del Espíritu” Efesios 4:3. La unidad es producto del Espíritu Santo de Dios. Fue en un ambiente de unidad en que el Espíritu Santo de poder descendió en la vida de los creyentes en el día de Pentecostés. “estaban juntos unánimes” Hechos 2:1 6 Lo que nos une es la comunión del Espíritu. Filipenses 2:1¿Cuando vemos conflictos, contiendas, malos sentimientos entre cristianos, aun lideres, podemos decir estar llenos del Espíritu Santo?

La Victoria. El plan de Dios fue más que solo salvarnos de la culpa del pecado. Su voluntad es nuestra santificación. 1Tesalonicenses 4:3 La santificación es por obra del Espíritu Santo. 2Tesalonicenses 2:13 “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” Romanos 8:13 “Andad en el Espíritu y no satisfagáis los deseos de la carne” Gálatas 5:16 La vida de resurrección es una vida donde a trabes del Espíritu Santo hacemos morir las obras de la carne. El poder que mora en la vida de cada hijo de Dios es el mismo que resucito a Cristo de los muertos. Romanos 8:11 ¿Qué diremos a la epidemia de cristianos esclavizados a la inmoralidad, cometiendo adulterio, siendo infieles a sus esposas o esposos, muchos aún declarando que no hay nada de malo en todo esto? El Espíritu Santo es llamado “el Espíritu de santidad” Romanos 1:4

Fortaleza, Paz y Ánimo. El Espíritu Santo es el gran consolador. Nuestro ayudante, nuestro consejero, el que acuerdo a la promesa asiste a nuestro lado y estará con nosotros para siempre. Juan 14:16 Nuestro ayudante que nos fue dado para traer consuelo, ayuda, fortaleza en tiempos de adversidad y debilidad. Que poco se toma para que el hijo de Dios de hoy se desanime. Acaso la presencia de Dios no conforta, fortalece, y anima. Tanto es el desanimo de los hijos de Dios que hemos recurrido al mundo secular para encontrar paz, salud mental, y animo. Jesús dijo que el Espíritu Santo nos enseñaría todas las cosas y después de haber dicho esto dijo “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14:26-27

Testificar. El Pedro que a Jesús es el mismo que fue usado por Dios en el día de Pentecostés y 3000 personas fueron salvas. En el libro de Hechos 1:8 nos dice que el resultado directo de recibir el poder del Espíritu Santo es que seriamos testigos. Cuando 27 el Espíritu Santo callo con poder sobre los discípulos hablaron con denuedo la palabra de Dios. Hechos 4:31 Cada cosa que ha surgido como una idea novedosa de cómo alcanzar a este mundo perdido con el mensaje del amor de Dios. Hay cristianos que han pasado años sin testificarle a una persona de Cristo. Las Iglesias cada día mas y mas están luciendo como el mundo, para supuestamente atraer a los inconversos, cuando lo que la hace fresca es ser investida del poder de lo alto.

CONCLUSIÓN:

No podemos esperar ver lo que leemos de la vida y el poder de las Iglesias en el libro de los Hechos cuando el Espíritu Santo está contristado, apagado e inactivo en nuestras vidas. El ha dado dones a cada uno de nosotros y son pocos los cristianos que los conocen. Tanto así que en vez de vivir una vida en sumisión y entrega al Espíritu Santo algunos pretenden dictarle al Espíritu Santo cuándo y cómo Él debe obrar. 1Corintios 12:8-11

No podremos reconocer los dones del Espíritu Santo ni ejercerlos, mientras no vivamos bajo su completo dominio. En el Antiguo Testamento el salmista ora y pide ser ungido con “aceite fresco” donde el aceite es símbolo del Espíritu Santo, entonces lo que él pedía era una nueva unción de poder. Salmo 92:10 No me refiero a que tenemos que tener más del Espíritu Santo, sino de cuánto de nosotros tiene Él en su potestad, para que se haga la Obra para la cual fue enviado.

Oh, que se levantara en estos días malos una generación que anhelara, y pidiera una unción fresca. Si hemos de ver de nuevo un gran movimiento del poder de Dios, que sin duda Él quisiera enviar, no podemos conformarnos con vivir una vida religiosa, faltos del poder del Espíritu Santo.

Dios todavía está interesado en las almas de los hombres, todavía está interesando en avivar a las Iglesias, todavía obra con gran poder, pero no olvidemos que a siete Iglesias en el último libro de la Biblia les advierte: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.” Apocalipsis 2:7, 11, 17,29; 3:6, 13,22

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