¿Hay Un Infierno?

Por el Dr. Elmer Fernández

Pastor de la Iglesia Bautista Bethel de Elgin Illinois

Vamos a leer la Biblia, en Lucas 16:19-26: Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día  banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aún los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormento, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.
El tema que te quiero hablar hoy no es uno de mis favoritos, sin embargo es uno de los más necesarios, es el tema más importante, es el tema por el cual Cristo vino a morir aquí al mundo.  El tema de hoy es un pregunta que te quiero hacer ¿Hay un infierno? ¿Es cierto que hay un infierno? ¿Es una realidad? Los testigos de Jehová dicen que no hay, ellos dicen que no hay tal cosa como el infierno, los adventistas te dicen que no lo hay. Pero yo te pregunto a tí, no por lo que dicen los adventistas, no por lo que dicen los testigos de Jehová, yo te pregunto a tí: ¿hay un infierno? Otros dicen, que la razón  que hay un infierno es por ignorancia de las Santas Escrituras y del idioma original. Por ejemplo, la Biblia nos dice del Seol, no que las personas  van a morir e ir al Seol, si la palabra dice Seol quiere decir el mundo de los perdidos eso es todo lo que quiere decir.

La  palabra Hades quiere decir el mundo invisible, el mundo que no se ve, eso es todo lo que significa; y el Hades tenía dos partes tenía el paraíso y tenía el infierno, todos los que eran salvos en el Antiguo Testamento no podían ir al cielo, porque Cristo no había hecho el pago todavía, ellos fueron al mundo invisible, la sección del paraíso y cuando Cristo murió, Él después recogió a todos esos que estaban en el paraíso y se los llevó con Él al cielo después de su resurrección. Cuando estaba el hombre en la cruz ¿qué le dijo? Hoy estarás conmigo en el cielo, no, le dijo hoy estarás conmigo en el paraíso, porque iba a ir al paraíso, a la sección del mundo invisible para llevárselos al cielo, para que ellos pudieran estar con el Padre; oh, hermano Fernández, usted no entiende que la palabra mas usada por Cristo fue gehenna. La palabra gehenna ( griego) fue la palabra mas  usada por Cristo refiriéndose al infierno.
La palabra gehenna es el valle de Hinom. Si, pero, tú no sabes la historia del valle de Hinom,  es que durante el reino de Acab había un ídolo llamado Moloc y a ese ídolo le  ofrecían sacrificios vivos, ofrecían a personas y los quemaban como sacrificios a ese dios y el rey Josías decidió terminar esa abominación, el dijo: tenemos que destruirla e hizo un crematorio de la basura de la ciudad de Jerusalén; en ese valle lo que hacían era quemar la basura de la ciudad, donde quemaban a personas vivas como sacrificio, y Jesucristo cuando hablaba del infierno hacía refería a ese valle, ¿por qué? Porque era donde quemaban, donde había fuego, donde había lumbre y las personas pensaban sobre eso, vimos las palabras Seol, Hades y vimos Gehenna y en ninguno de los tres nos dicen que el infierno es la tumba.
Déjame hablarte de esto, yo no  puedo decir de mi que hay un infierno, yo nunca he muerto, yo nunca he ido al infierno, pero la única cosa que podemos usar es la palabra de Dios y déjame decirte que el diablo te quiere hacer dudar de la palabra de Dios, de este  Libro Santo, pero vamos ha ver lo que la palabra de Dios dice, vamos ha ver lo que Cristo dice sobre el infierno, si hay un infierno es porque Cristo lo dijo y si no hay un infierno Cristo es el embustero mas grande que hay, nuestra salvación no existe, ¡Cristo murió en vano en la cruz! ¡No vale la pena que haya venido a este mundo, los latigazos fueron en vano todo lo que hizo fue en vano! Sí  hay un infierno, porque Cristo hablo claramente sobre el infierno en Mateo 5:22 Pero yo os digo que cualquiera  que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. ¿Qué dijo Cristo?  ¡Al infierno de fuego!, en Mateo 10:28  Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. ¡El alma y el cuerpo en el infierno!, Mateo 13:40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviara el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Déjeme hacerle una pregunta ¿hay un infierno? ¡Si no lo hay, Cristo es un mentiroso! Cristo es un embustero, Cristo no es mas que un falso testigo, Cristo es un profeta falso. Pero EL claramente hablo de un lago de Fuego que arde con fuego y azufre, Mateo 13:49-50  Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, ¿justos de qué? Justificados por fe, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateo 23:33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?, Mateo 25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Mateo 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. Marcos 9:43-45 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar a la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado, donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y si tu pie te  fuere ocasión de caer, córtalo; mejor te es entrar a la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, el fuego que no puede ser apagado, donde el gusano nunca muere, y el fuego nunca se apaga. Versículo 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga. Y claramente Cristo hablo de el infierno y él mencionó el infierno.
Si no hay un infierno entonces Cristo es un embustero, si no hay un infierno entonces Cristo puede decir mentiras; si no hay un infierno, Cristo nos hablo de un lugar que no existe; si no hay un infierno, tampoco hay un cielo, si no hay un infierno entonces Cristo murió en vano. ¿Hay un infierno? o ¿es Dios un mentiroso? Si no hay un infierno literal, mi trabajo es en vano, todo lo que hacemos es en vano.
En Lucas 16 esto no es una parábola, porque en una parábola no se mencionan nombres; hermano, pero no menciona aquí el nombre del rico, sí, por la misericordia de Dios, El no mencionó el nombre del rico, porque el no quería que su familia sufriera, ¿ te gustaría a ti que te dijeran fulano de tal fue al infierno y fuera tu pariente?, ¿no estarías sufriendo?, y por su misericordia,  no mencionó  el nombre del hombre rico, solamente mencionó que fue al infierno. Dice la palabra de Dios  que había dos hombres, un hombre era rico y el otro era pobre. Déjame decirte,  la riqueza es lo peor que hay, porque la riqueza te endurece el corazón contra Dios, es mas fácil ganar almas en los barrios pobres de Chicago que en los barrios ricos, tú vas a los barrios donde las casas son de cien a doscientos mil dólares,  y no quieren oír de las cosas de Dios en la mayoría  de ellas, ¿porqué? porque su Dios es el dinero, por eso Dios dijo que es mas fácil entrar un camello en el ojo de una aguja que un rico entrar en el reino de los cielos ¡gloria a Dios que para él no hay nada imposible!
Tenemos al rico y a Lázaro en Lucas 16:22-24 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. ¡ah, la tumba es el infierno, se va a terminar todo cuando yo me muera! Vamos a ver, eso es lo que decía el rico. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, ¿qué paso? la tumba no era el fin. La Biblia dice: y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos y eso no fue en la resurrección, eso no fue a los dos mil años, eso fue al instante, en el momento en que una persona muere sin Cristo, en el Hades (Infierno), abre sus ojos, cuando tú ves morir a una persona sin Cristo en ese momento su alma va al infierno y Dios le ha dado un cuerpo temporal porque dice alzó sus ojos y un espíritu no tiene ojos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno.
Óyeme bien una de las cosas horribles del infierno es que en el infierno van a poder ver el cielo y en el cielo no van a poder ver el infierno, pero del infierno van a poder ver el cielo y las personas van ha estar mirando lo que podían haber tenido y de lo que rechazaron por haber rechazado a Cristo; y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro par que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Es la tumba el infierno, entonces que es esta llama en la cual él esta atormentado después de la sepultura, nos dice que el hombre rico después de haber sido sepultado, alzó sus ojos en el infierno, atormentado.
Hermano Fernández, se esta hablando simbólicamente, Dios no lo dice simbólicamente, Dios esta hablando claro en blanco y negro, él alzó sus ojos estando atormentado en esa llama, ¡oh! piensa lo horrible que seria arder por una eternidad y eternidad, y eternidad en el lago de fuego sin escape ninguno. Lucas 16:25 Pero Abraham le dijo: hijo, acuérdate. Tú vas a tener memoria en el infierno. Y algunos de ustedes cuando llega la invitación y rechazan a Cristo, dicen: oh yo he sido bautizado, yo soy católico, oh yo soy pentecostés, oh yo soy aleluya, yo no creo en el infierno, tú te vas a acordar de mensajes como este, tú te vas a acordar, Acuérdate, Acuérdate , Acuérdate. Por dos mil años ese hombre rico se esta acordando ahí en el infierno.
Óyeme bien, yo odio decir esto y no lo digo ligeramente, no como un juego, pero, ese hombre, hoy en día esta ardiendo  hoy  mismo en el lago de fuego, con miles de millones de otros; mientras tú y yo nos sentamos en una habitación con aire acondicionado, hay personas que han rechazado a Cristo y están ardiendo en las llamas en estos mismos instantes.
Hay un infierno, Acuérdate que recibiste tus bienes en tú vida, y Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Óyeme bien, esto del limbo y esto del purgatorio y todas esas demás cosas, eso es del diablo, de Satanás, no hay nada de eso en las Santas Escrituras; todo lo que le conviene a tú sacerdote es decirte que si tú le das dinero puede sacar el alma de tú pariente del limbo o del purgatorio y así hacen dinero, pero eso es una codicia, eso es mentira,  diabólico. No hay tal cosa en la Biblia.
La Biblia nos dice, que una vez que vas al infierno, no hay forma que tú puedas salir de allí, no hay escape, no importa lo que tus parientes quieran hacer y todo el dinero que tenga la Iglesia y las buenas obras que hagan y las veces que sean bautizados, no pueden sacarte del infierno. El único que te puede sacar del infierno es Jesucristo. Cuando tú lo aceptas antes de morir, es el Único que te puede librar del infierno, pero una vez que una persona va al infierno, no hay escape por toda la eternidad. Esta mentira del purgatorio, te enseña que puedes ir allí por un tiempo, si te portas muy mal en este mundo, entonces vas a un tiempo de prueba, para que si te portas bien durante ese tiempo, y familiares tuyos oran, y dan dinero a la Iglesia te pueden sacar de allí y puedes ir entonces al cielo; mas diabólico que eso no existe. No te enojes, esto es la palabra de Dios; enójate con los que te enseñan esa clase de satanismo.
Hermano Fernández, si hay un purgatorio, enséñemelo en la Biblia y dejo mi trabajo ahorita mismo, enséñeme que el niño que no es bautizado cuando muere no va al limbo, es que no solamente dejo mi trabajo si no también todo lo que poseo en mi casa te lo regalo, el piano es tuyo, el comedor es tuyo, juego de sala es tuyo, oh, hermano Fernández, sabe lo que esta diciendo, sí, yo sé lo que estoy diciendo porque no esta aquí, no lo vas a encontrar, búsquelos donde lo busques, eso es lo bueno que Dios nos dice que cuando un bebé muere va al cielo, eso de ser bautizados para perdonar pecados originales  no existe en la Biblia, Dios no  culpa a un bebé cuando muere, él no es culpable, él no sabe lo que le estás haciendo hasta que llega el momento en que él reconoce entre el bien y el mal; lástima de aquel Cristiano que tenga un bebé y lo bauticé, y que lástima que tú participes siendo padrino o madrina, no estoy diciendo que los condenes, no estoy  diciendo que hables mal de ellos pero diles: mira, yo no te puedo servir de padrino ni de madrina, pero se van a enojar conmigo; ah, pero tú estás interesado en caerles bien a la gente que estar bien con Dios, a ti te importa poco ofender a Dios mientras no ofendas a la gente.
¿Hay un infierno? Lucas 16:27  Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que les envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Porque no quería el hombre rico que sus hermanos vinieran a este lugar de tormentos, por misericordia de ellos, porque no quería que sufrieran,  la razón era, que él era culpable de habérselos llevado al infierno. Por ejemplo habrá hombres que dicen: ¡ah!, eso del infierno es solo una tumba no hay tal cosa como eso, después de la tumba no hay nada, es un tonto el que enseña eso, no hay infierno, no hay lago de fuego, eso no puede ser, y muere ese hombre que les enseñó a sus hermanos esa clase de basura, y rechazan a Cristo por causa de eso, y muere, ese hombre  se va al infierno y ve que en realidad hay un infierno y piense que sus hermanos van a venir a donde él esta, que cree que sus hermanos le van a decir: tú eres el culpable, tú me engañaste, tú me dijiste que no existía este lugar y como llamas a esto ahora, y el tener que estar allí por toda la eternidad, él no quería que sus hermanos  fueran a ese lugar, él no quería eso.
En el infierno va haber cuerpos físicos, en el infierno va haber un fuego verdadero,  una llama de fuego, va haber un tormento eterno. Apocalipsis 14:10-12 Él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube  por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, no tienen reposo ni de día ni de noche, el tormento es continuo, para siempre y para siempre.
Vemos en Mateo 5:22 y 18:9  un tormento continuo,  un fuego verdadero. Yo se lo que dice la gente: como un Dios de amor puede mandar a alguien al infierno, un Dios de amor nunca mandaría a nadie al infierno, un Dios de amor nunca haría tal cosa, déjame hacerte una pregunta ¿Cómo es que un Dios de amor permita que haya hospitales? No es el hospital un lugar de sufrimiento, como es que un Dios de amor permite que haya enfermedades, como es que un Dios de amor permite que se lleven a un hombre a la cárcel y lo metan por toda su vida, como es que un Dios de amor permite que haya sillas eléctricas que maten a hombres, como es que un Dios de amor permiten que hayan guerras donde matan a todo ser humano y los matan como si fueran juguetitos como es que un Dios de amor permite eso, y todo esto es traído por el pecado, Dios no lo manda necesariamente si no la consecuencia del pecado, Dios no manda a nadie al infierno; tú y yo nos mandaríamos a nosotros mismos al infierno.
Dios dice que la paga del pecado es la muerte, el castigo por el pecado es el infierno, si tú pecas, mereces el infierno yo no te mande que pecaras, yo no mande a la raza humana que pecara, como es que un Dios de amor permitiría eso, como es que un Dios de amor no mandaría nadie al infierno sin embargo un Dios de amor permite que haya muerte, que haya funerales que haya cementerios. Óigame muy bien, yo se que si hay  un infierno, ¿tú crees lo que Dios dice que hay un infierno? ¿Tú crees que los que mueren sin Cristo irán al infierno? Deberás creerlo. La Biblia claramente nos habla de un infierno, nos habla de lo horrible del infierno, nos habla del castigo del infierno, y pudiéramos seguir, y seguir, y seguir.
Ahora, déjeme hacerle otra pregunta ¿Quién se merece el infierno? Bueno, vamos a ver quien se merece el infierno, la paga del pecado es muerte, todos somos pecadores y merecemos el infierno, todo hombre que codicia a una mujer merece el infierno, toda mujer que dice chismes merece el infierno, todos lo que tiene malos pensamientos merecen el infierno, todo el que juzga merece el infierno, en si toda persona merece el infierno, si fuéramos a morir y Dios nos diera lo que merecemos seria el infierno Apocalipsis 20:14  Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Apocalipsis 21:8 dice: Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerta segunda. Yo no se de ti, pero para mi la Biblia habla claramente de un infierno, Dios dice que  hay un infierno. Un lugar en el cual los que mueren sin Cristo van arder en las llamas de fuego para siempre jamás, sin tener ningún escape.
Si hay un infierno ¿Dónde estás tú los días que salen a ganar almas? Si tú crees que hay un infierno ¿joven dónde estás tú cuando salen a ganar almas? Hombres, si ustedes creen que hay un infierno, que hacen con los que trabajan a tu alrededor,  que no son salvos. Tú te das cuenta que la persona que esta trabajando al lado tuyo, puede morir en ese día, e ir al infierno. Si Cristo murió por él y Cristo quería salvarle, pero tú no te atreviste  a hablarle de Cristo, pero un criminal horrible, un asesino, un homicida, teníamos un camión con un tanque de gasolina  lleno e iba por la calle de Klain y Torn estaba manejando el camión,  de pronto viene un carro a un lado suyo y baja la ventana donde estaba el lado del pasajero y le dice: ¡señor, señor! su camión esta encendido por detrás. Y el hombre del camión voltea para atrás y sale disparado, corriendo muy rápido, corrió muchas yardas dejando el camión atrás y explota el camión como una bomba,  explota en pedazos, después vienen los bomberos a apagar el fuego. Su vida fue salvada porque alguien le dijo: ¡señor, señor! Usted esta en un camión que esta ardiendo, algunos de ustedes dirían: no, para que, no me va hacer caso. Que horrible, pensar que algunos de ustedes vean algo así y no avisarle, tú dirías que trágico, que horrible, sin embargo todo lo que puedes hacer es que el muera.
Ahora, pensar que tú no le adviertas a alguien que su alma va al infierno. La Iglesia no es un club de social, y yo estoy de acuerdo con el juego de pelota, con las actividades. Pero es una lástima que venimos mas a un paseo, que a ganar almas, es una clase de cristianismo que yo no quiero. Juego de pelota esta bien venimos, pero para ganar almas no tenemos tiempo. Que en el mundo nos pasa a nosotros los cristianos, y yo no se ¿por que estos hombres: testigos de Jehová, adventistas no creen en el infierno? Pero la Biblia lo dice. Tú y yo no lo creemos tampoco, por lo menos nuestras vidas demuestran eso, nuestra boca testifica que hay un infierno nuestra vida dice no hay infierno.
Vienes aquí a la Iglesia domingo tras domingo y nunca vienes a la reunión de ganar almas. Es que yo no se hablar, no me digas que si alguien se  esta quemando en un cuarto. Tú no le vas a decir ¡sal de ahí que te quemas! No me digas que tú no sabes decir eso, es que yo soy muy tímido. Pero dícelo, adviérteselo, pero es que no me van hacer caso. Esta bien, si no te hacen caso, pero por lo menos se lo dijiste. La única obra de la Iglesia es que almas sean salvas, es la obra principal de la Iglesia todo lo demás es secundario. Lo mas importante es ver las almas recatadas del infierno. En Judas 23 dice: A otros salvad arrebatándolos del fuego y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. Dice la Biblia que  cuando tú salvas a alguien, tú estás sacándolo del fuego. Yo no lo digo para que la Iglesia crezca mas, ya tenemos problema para saber donde debemos poner a las personas. Yo no lo digo para decir tantos vinieron a ganar almas. Yo lo estoy diciendo porque hay aproximadamente un millón de latinos y si la mayor parte de ellos murieran, hoy mismo irían al infierno. Oh son religiosos, son bautizados, pero no  han sido salvos por la preciosa sangre de Cristo y si murieran hoy,  irían al infierno; y alguien como tú y yo que tenemos el mensaje y tenemos la palabra de Dios, es nuestra responsabilidad de llevárselo, es nuestro deber, y ¿Cómo podemos tener un corazón tan duro? poco nos importa que se vayan al infierno. Poco nos importa lo que les pase a ellos.
En primera, Señor es que yo no tengo tiempo. Tú y yo debemos hablarle a cada persona. En el trabajo tú debes hablarle a las personas, en todo tiempo, en todo lugar, todos somos culpables de no hablarles a las personas de Cristo. Es mejor que tú arregles las cosas con Cristo, es mejor que le digas al Señor que tú vas a ir a ganar almas. oh, sí no, tú vas a tener las manos llenas de sangre un día, la sangre de aquellos que han muerto sin Cristo, por causa de no hablarles. ¿Te da pena hablarles?, entonces verdaderamente tú no crees. ¡Ay un infierno! Mi pregunta es  ¿Hay un infierno?, ¿si o no? Y si tu respuesta es, sí,  vamos hacer algo para rescatar a las personas y si, No, vamos a dejar de jugar a la  iglesia.

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Un comentario en "¿Hay Un Infierno?"

  1. La mente humana se rebela frente al dogma de un infierno eterno. La idea de que los réprobos o impíos sufrirán los tormentos de un horno de fuego que arderá perpetuamente, por todos los siglos de la eternidad, para continuar quemándolos sin consumirlos, produciéndoles sufrimientos angustiosos sin esperanza alguna de terminación, es una enseñanza cruel que ha producido mucha angustia mental, y que ha producido a miles a declararse ateos.

    En tanto que el infierno para algunos es una realidad tremenda e indiscutible que los mantiene constantemente azorados, para los escépticos es sólo una invención pueril y supersticiosa que usan los clérigos para mantener el dominio de las conciencias.
    ¿Qué es el “Infierno”?
    Analicemos pues el infierno en sus diferentes características: su naturaleza y destino original; su propósito y resultados; su duración; el tiempo en que realizará su obra.
    La palabra “Infierno”, que se utiliza en el Antiguo Testamento, ha sido traducida del vocablo hebreo Sheól, que significa literalmente “sepulcro”, “sepultura”, “huesa”, “abismo”, “fosa”. Esta voz hebrea ha sido traducida en decenas de pasajes del Antiguo Testamento como “sepulcro”, y unas pocas veces ha sido vertida como “Infierno”. Pero en estos casos, así como los anteriores, no significa sino ‘sepulcro”, o “sepultura”.
    En el Nuevo Testamento, “Infierno” responde a dos vocablos griegos. El primero es Hádes, que significa literalmente “sepulcro”, o “muerte”. El segundo es Gehénna, nombre dado primeramente al valle de Hinnón, al sur de Jerusalén donde se echaban los desperdicios y además los cadáveres de los animales y también de los maleantes, que eran quemados en ese lugar.
    Dejando de lado todos los pasajes en que la palabra responde al original Sheól-Hádes, casos en los cuales no tiene otro sentido que “estado de muerte” o “sepulcro”, analicemos los lugares en que el original se emplea la voz griega Gehénna. En ellos, la palabra “Infierno” designa un lugar especial en que los que hayan rechazado la misericordia de Dios serán destruidos por el fuego. Así por ejemplo, en el Sermón del Monte, Jesús advierte sobre las funestas consecuencias de guardar enojo y rencor en el corazón, con estas palabras: “Pero yo os digo, cualquiera que se enoje con su hermano, será culpado del juicio. Cualquiera que diga a su hermano: “Imbécil” será culpado ante el sanedrín. Y cualquiera que le diga: ‘Fatuo’~ estará en peligro del fuego del infierno.” (Mt. 5: 22).
    Aquí se establece que el infierno será a base de fuego, y que tendrá por propósito castigar al pecador.
    Lo mismo se advierte en este otro pasaje: “Si tu ojo te fuere ocasión de caer sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos
    y ser echado en el infierno de fuego.” (Mt. 18: 9). En confirmación de estos pasajes, en Apoc. 20: 15 leemos que: “el que no fue hallado escrito en el Libro de la Vida, fue lanzado en el lago de fuego.” Aquí se da un nombre distinto al castigo final de los perdidos, denominándose “Lago de Fuego” a lo que en 5. Mateo el Señor llama “Infierno de Fuego
    Es de interés sin embargo recordar que ese infierno nunca fue hecho para los seres humanos. Su propósito original fue destruir a los seres celestiales que se rebelaron contra el gobierno de Dios y provocaron toda la tragedia de este mundo: al diablo y sus ángeles o demonios. Así lo declara el Nuevo Testamento al relatar las palabras que el Maestro les dirá en el día de ajuste final de cuentas a los que no hayan permitido que el Evangelio los librara del pecado: “Entonces dirá a los de la izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. “(Mateo 25: 41).
    No existe un lugar definido del universo en el cual en este momento estén ardiendo los pecadores. El infierno de la Biblia, el lago de fuego y azufre que terminará con la rebelión y el pecado, estará constituido por nuestro propio planeta, cuyos elementos serán abrasados y se fundirán, al final de los tiempos, cuando llegue la hora en que Dios ejecute sentencia. Así lo establece la Segunda Epístola de 5. Pedro al decir: “y los cielos y la tierra de ahora son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego del día del juicio, y de la destrucción de los hombres impíos.” (2 Pedro 3: 7).
    Nótese que la tierra y los cielos atmosféricos que la rodean, están reservados para el día del juicio, en que serán destruidos por fuego, juntamente con los hombres impíos. Este concepto se halla más aclarado en los pasajes siguientes del mismo capítulo: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con gran estruendo; los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra y todas sus obras serán quemadas. Siendo que todo será destruido, ¿qué clase de personas debéis ser en santa y piadosa conducta, esperando y acelerando la venida del día de Dios? En ese día los cielos serán encendidos y deshechos, y los elementos se fundirán abrasados por el fuego.” (2 Pedro 3: 10-12). Insiste el apóstol en que toda esta labor destructiva se hará “en el día del juicio”, “el día del Señor”, “el día de Dios”.
    Mal podrían los pecadores estar ardiendo en estos momentos en las torturantes llamas de un infierno actual -fruto de la fantasía y los dogmas populares- cuando la misma Escritura establece la inconsciencia total y absoluta de los muertos (Jn. 11: 11;
    Ecl. 9: 5, 6; Salmos 146: 4), hasta el día de la resurrección, en que recibirán el pago conforme a sus obras (Jn. 5: 28, 29).
    Hay un infierno eterno?
    ¿Qué duración tiene el castigo eterno del infierno? ¿Por cuánto tiempo continuará ardiendo la tierra y quemándose los pecadores?
    Ese infierno dura tan sólo mientras realiza su obra triste pero necesaria de purificar la tierra por el fuego y destruir a Satanás, origen de todo engaño, pecado y dolor, a sus ángeles secuaces, y a los seres humanos que, desoyendo los llamados de la misericordia de Dios, prefirieron aferrarse al pecado rechazando el plan de gratuita salvación por Cristo Jesús.
    Tres expresiones aparentemente arduas:
    a) Fuego inextinguible; fuego que nunca se apaga:
    (Mt. 3:12; Lc. 3:17; Mr. 9: 44).
    Estos versículos hablan del fuego que devorará a los impíos, y usan una mera figura literaria, una hipérbole, que no puede entenderse literalmente, sino que es menester interpretarla en función de todo el conjunto de declaraciones bíblicas que tratan del mismo problema.
    Ese fuego que “nunca se apaga”, se apagará sin embargo cuando haya cumplido su obra de consumir y destruir a Satanás y sus ángeles, a todos los impíos y la tierra entera con sus elementos. Así pues, la tierra que estaba ardiendo, Juan la vio por fin transformada en un precioso vergel. El “fuego que nunca se apaga” mientras tenga algo que quemar, se habrá apagado.
    b) “Fuego eterno; tormento eterno”:
    (Mt. 18: 8; Mt. 25: 46).
    La palabra “eterno” y la expresión para siempre” no denotan en todos los casos -en la Biblia- duración ilimitada. Por ejemplo, en el libro de Éxodo, al hablarse del sistema de servidumbre entre los hebreos, se estableció que a los 7 años prefería quedar voluntariamente con su amo y no aprovechar la franquicia de su liberación gratuita, seria “siervo para siempre” (Ex. 21: 2-6).
    Pero en Levítico 25: 39-4 1, se establece que toda servidumbre cesa automáticamente en el año del Jubileo; de manera que para “siempre” no implica perpetuidad.
    El profeta Jonás se refiere al tiempo que estuvo en el vientre de un pez con estas palabras: “La tierra echó sus cerraduras sobre mí para siempre “. Pero a renglón seguido dice: “Más tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová, Dios mío” (Jonás 2: 6-7). De manera que otra vez la expresión “para siempre” denota un tiempo muy limitado.
    En Judas leemos lo siguiente sobre el castigo de los ángeles caídos: “También a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha reservado en oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.” (Judas 6).
    De igual manera el mismo Judas dice en el versículo 7 que las corrompidas ciudades de Sodoma y Gomorra “sufrieron el castigo del fuego eterno, y fueron puestas por ejemplo.” Aquí se alude al fuego que Dios hizo descender del cielo y que consumió a esas ciudades, y no al fuego del juicio venidero, pues Jesús, al hablar del castigo definitivo de Sodoma y Gomorra habla en futuro (Mt. 10: 15). Mas lo interesante es que el fuego que consumió a Sodoma y Gomorra y al que la Biblia llama “eterno”, hace rato que ya no arde. Otra vez se advierte que la palabra “eterno” no denota en estos casos duración ilimitada.
    ¿Qué son entonces el “fuego eterno” y el “tormento eterno”? son un fuego y un tormento de consecuencias eternas, pues anularán completamente la personalidad, no dejándole “ni raíz ni rama”. Un ejemplo de esta acepción del vocablo “eterno” lo tenemos en los siguientes dos casos:
    2 Tesalonicenses 1: 9: “Serán castigados de eterna perdíción ‘~. Hebreos 6: 2: “Juicio Eterno “.
    Ni el juicio o examen ni la perdición son algo iterativo, que continúa realizándose a través de toda una eternidad. Por consiguiente, es obvio que tanto la perdición como el examen del caso de los seres humanos que se hace en el juicio investigador, son eternos en sus consecuencias. Así lo es el fuego destructor de los impíos.
    c) “Para siempre jamás”:
    (Apoc. 20: 10).
    El tercer pasaje intrigante es el de Apoc. 20: 10 que dice: “Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta. Y serán atormentados día y noche para siempre jamás.”
    La partícula griega “eis”, que en la versión Reina-Valera se traduce muy bien por “para”, denota “dirección hacia”, “movimiento a”. “Atormentados… para siempre jamás” no implica un tormento que continua realizándose en forma iterativa durante los siglos de los siglos, sino un castigo cuyas consecuencias duran para siempre. Todavía hoy usamos expresiones como “aprende para siempre”, le decimos a un niño, al administrarle algún correctivo. “vas a escarmentar para siempre”, etc.
    Entender de otra manera el texto en cuestión sería afirmar que la Biblia se contradice, y pretende edificar la teoría del tormento eterno sobre uno o dos textos que utilizan una figura literaria, desconociendo toda una imponente cantidad de sentencias bíblicas sobre el mismo asunto, las cuales establecen con absoluta certidumbre el propósito de Dios de terminar en forma radical y definitiva con el pecado y los pecadores.
    Basados en la autoridad infalible de la Palabra de Dios, rechazamos de plano la idea de un infierno eterno, a la cual no pueden escapar los teólogos que aceptan como dogma la inmortalidad inherente del alma. Si el alma no puede morir, y tiene que seguir viviendo eternamente después que el hombre muere, por ser indestructible, habiendo llevado una vida depravada el ser humano estaría forzosamente obligada a existir por toda la eternidad para sufrir un castigo interminable.
    Rechazamos esta enseñanza en primer lugar por ilógica, absurda y obviamente injusta, pues va contra nuestro sentido común. El más elemental concepto de justicia impugna el proceder de un Dios que somete al peor de los suplicios en forma interminable a los seres humanos que, por degenerados y perversos que sean, no viven más de ochenta o noventa años. Y por este lapso de maldad, ¿debe sufrir un hombre o una mujer el más doloroso de los tormentos, es a saber, el de quemarse vivo, y continuar quemándose sin consumirse ni perder el conocimiento, no una hora, ni un día, ni un año o un siglo, ni un millón de siglos, sino durante todos los millones de siglos de la eternidad?
    Por otro lado, esta doctrina se halla en total desacuerdo con el cuadro que la Biblia nos presenta de un Dios que, a la vez que justo, es misericordioso y pleno de amor. Tan cierto es esto que cuando el apóstol San Juan quiere destacar la característica que más define a la Divinidad afirma: “El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor.” (1 Jn. 4: 8). Un Jesús, Hijo de Dios, que cuando estuvo en la tierra se complacía en tomar a los niños en sus rodillas para acariciarlos y bendecirlos, y que depuso su vida por la salvación de los humanos, no puede complacerse en quemarlos por toda la eternidad sin aplacarse jamás. Este dogma desnaturaliza al Dios de amor para reemplazarlo por un Dios cruelmente implacable.
    En tercer lugar esta idea de un infierno eterno es totalmente antibíblica y anticristiana porque induce a los hombres a actuar por temor y no por amor. En base a esta falsa doctrina, los hombres con tendencias religiosas son inducidas a reconciliarse con Dios movidos por un sentimiento de miedo, y no de amante obediencia, y algunos sistemas teológicos han echado mano de esta vivencia de terror, que despierta en el alma la sola mención del infierno eterno, erigiéndola en la motivación básica de su prédica.
    Esto contraría el móvil fundamental del cristianismo auténtico, que es el amor, La Palabra de Dios declara que “El amor de Dios está derramado en vuestros corazones” (Romanos 5: 5), y que “el perfecto amor echa fuera el temor” (1 Jn. 4:18). Pablo agrega:
    “El amor de Cristo nos constriñe” (2 Cor. 5:14).
    Hay un cuarto sentido en que el dogma de un castigo eterno contradice las enseñanzas de la Biblia: perpetúa e inmortaliza el pecado, el dolor y el sufrimiento, conservando en el universo de Dios una mancha, en tanto que la Escritura afirma categóricamente: “Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron. “(Apoc. 21: 4).
    No pueden los salvos estar felices en el reino eterno de Dios si saben que en el infierno están sufriendo dolores atroces y perpetuos seres queridos, hijos, padres, hermanos y amigos.
    Además, Dios tendría que seguir sosteniendo milagrosamente la vida de las infortunadas víctimas, es decir, evitando que se consumieran en las llamas, con el propósito de obligarlas a padecer un castigo que nunca termina. Esto rebaja a un Dios de excelsa nobleza y de inefable bondad a la categoría de un ser vil.
    Existe una cantidad impresionante de pasajes bíblicos que corroboran este hecho fundamental de la destrucción definitiva y completa de los impíos, vale decir de aquellos que no hayan aceptado a Jesús en su vida, sino que se hayan aferrado al pecado. Y aun corriendo el riesgo de abundar en estas consideraciones, y sólo con el ánimo de sentar de una manera rotunda e incontrovertible la verdad de que se trata de una muerte real y definitiva, de la anulación total de los que hayan rechazado la misericordiosa provisión divina, detallamos a continuación una serie de veinte pasajes bíblicos, que por cierto podrían multiplicarse, y que, uti1izando distintos verbos, nos presentan una extraordinaria reiteración de esta verdad. Frente a la referencia bíblica correspondiente, transmitiremos sólo la expresión clave:
    o Salmos 68:2: “Perecerán los impíos “.
    o Apoc. 20:9: “Descendió fuego del cielo, y los devoró “.
    o Isaías 1:28: “Serán consumidos “.
    o Nahum 1:10: “Serán consumidos como las estopas
    o Hebreos 10:27: “Hervor de fuego que ha de devorar “.
    o Romanos 2:12: “Perecerán “.
    o Salmos 59:13: “Acábalos, para que no sean “.
    o Salmos 145:20: “Destruirá a los impíos “.
    o Mateo 3:12: “Quemará la paja”.
    o Isaías 1:31: “El fuerte será como estopa “.
    o Salmos 104:35: “Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser “.
    o Salmos 97:7: ‘Rara ser destruidos para siempre
    o Salmos 92:9: ‘Perecerán tus enemigos”.
    o Salmos 3 7:28: “La simiente de los impíos será extirpada “.
    o Salmos 37:22: “Los malditos de él serán talados “.
    o Salmos 37:38: “La postrimería de los impíos fue talada “.
    o Salmos 94:23: “Los destruirá por su propia maldad los talará Jehová “.
    o Apoc. 2 1:8: “Su parte será en el lago ardiendo, …que es la muerte segunda “.
    o Malaquías 4:1: “Viene el día ardiente como un horno. Y todos los soberbios, todos los malhechores serán estopa. Y ese día que está por llegar los abrasar4 y no quedará de ellos ni raíz ni rama -dice el Eterno Todopoderoso.”
    o Romanos 6:23: “La paga del pecado es muerte
    o Ezequiel 28:19: ‘Rara siempre dejarás de ser
    Cualquier comentado adicional a estos textos es superfluo ante la claridad contundente con que los mismos reiteran la destrucción completa de los réprobos.
    Por esta razón el Señor hace este mego amoroso, ahora cuando está al alcance de los hijos de Adán prevenirse de la destrucción eterna, y tomar las providencias del caso:
    “Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y adquirid un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? No me complazco en la muerte del que muere -dice el Señor, el Eterna-. Convertíos, pues y vivid. “(Eze. 18: 3 1-32).
    Estas palabras son dictadas por el tierno amor que Dios profesa hacia cada uno de nosotros, seres hechos a su imagen y semejanza. Aun cuando hacemos frente a las debilidades de la carne, y nos vemos sometidos a los efectos del pecado, que es violación a la ley divina, si aceptamos la invitación de Dios, sometiéndonos a la influencia de su poder en nuestros corazones, seremos transformados y convertidos; recibiremos un corazón nuevo, y estaremos así preparados para morar en el eterno reino de justicia, paz y felicidad, donde todo será dicha, alegría y perfección.
    He ahí el destino glorioso que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros, 51 tan sólo decide someterse al maravilloso plan divino que transforma y marca nuevos rumbos a la vida.
    CONCLUSION:
    Cuando Dios finalice la extraña operación de limpiar esta tierra de pecado, cuando nuestro planeta deje de ser el lago de fuego en que se convertirá por breve lapso, se cristalizará la magnifica y grandiosa visión profética en que Dios le mostró al amado apóstol las glorias inefables del Edén restaurado:
    “Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido, y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vila santa ciudad, la Nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, engalanada como una novia para su esposo. Y oí una gran voz del cielo que dijo: “Ahora la morada de Dios está con los hombres, y él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos, y será su Dios. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Y no habrá más muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.”
    Apocalipsis 21: 1-4.
    Dios anhela que cada ser humano llegue a disfrutar del inefable gozo permanente de este mundo radiante del futuro.
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