Texto Bíblico:
Efe 4:25-32 “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Cada uno de nosotros hemos sido sellados por el Espíritu Santo.
2 Corintios 1:22-23 “El cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones. 23Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto.”
Gálatas 4:4-6 “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: !!Abba, Padre!”
Nosotros contristamos al Espíritu con:
A. La mentira
Efesios 4:25 “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.”
B. El enojo
Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,”
C. La ira
Efesios 2:3 “Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.”
D. La maledicencia
Efesios 4:26 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,”
E. La amargura.
Cuando nosotros contristamos al Espíritu Santo, como consecuencia podemos también apagarlo.