Texto Bíblico:
Juan 15:1-8 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.”
Introducción:
Debes de estar supuesto a dar fruto
El sembrador salió a sembrar.
Mateo 13:3-8 “Y les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. 4Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; y vinieron las aves y la comieron. 5Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; y brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; 6pero salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7Y parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. 8Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.”
Tipos de tierra y cantidad de fruto.
Mateo 13:18-23 “Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”
Características de los tipos de tierra.
Lucas 13:5-9 “Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. 9Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.”
Si no hay fruto, no sirve la higuera.
Santiago 5:7 “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”
Juan 15:16 “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.”
El fruto glorifica a Dios; hace que Dios nos conceda lo que pidamos; demuestra la comunión con Dios.
El fruto que Dios espera de nosotros
1.- Llevar frutos dignos de arrepentimiento
Mateo 3:7-8 “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: !!Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,”
<<Que seamos salvos>> Y como consecuencia, que tengamos un cambio de mente y un cambio de dirección.
2.- Llevar el fruto de la santificación
Romanos 6:22 “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.”
<<El Espíritu de Dios nos ayudará a vivir una vida apartada del pecado y nos guiará a vivir una vida en santidad>>.
3.-Llevar frutos del Espíritu
Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”
Las características del viejo hombre deben quedar atrás.
Ahora eres un nuevo hombre en Cristo, y con la ayuda del Espíritu Santo, se empiezan a desarrollar las cualidades del nuevo hombre.
2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
4.- Llevar fruto de almas salvas
Proverbios 11:30 “El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.”
Si no estás dando este fruto, probablemente no seas salvó, quizá no estás llevando una vida en santidad y como consecuencia, no estás manifestando los frutos del Espíritu Santo.
Es necesario cumplir con los puntos anteriores, para que puedas anhelar hablarles a otros del sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz por ti, para darte vida eterna.
A nosotros se nos ha encomendado la gran comisión.
Mateo 28:18-20 “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
No olvidando que también es un mandato.
Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
1 Corintios 9:16 “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y !ay de mí si no anunciare el evangelio!”
Conclusión:
Es escalofriante el riesgo que lleva consigo el no permanecer en Cristo.
Lo mismo que el sarmiento estéril es cercenado de la vid, y una vez seco lo recogen para ser quemado, así le sucederá a todo aquel que no permanece unido a Cristo por medio de una fe sincera.
Ponte a cuentas con Dios.