Texto Bíblico:
Mateo 27:3-10 “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, 4diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? !!Allá tú! 5Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. 6Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. 7Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros. 8Por lo cual aquel campo se llama hasta el día de hoy: Campo de sangre. 9Así se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según precio puesto por los hijos de Israel; 10y las dieron para el campo del alfarero, como me ordenó el Señor.”
Estudio de la vida de Judas Iscariote.
1.- Desaprovechar sus privilegios que Dios te ha dado.
Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.”
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 6:47 “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.”
Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”
Mateo 10:1-4 “Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.”
Parece increíble que una persona como JUDAS, que había seguido a Cristo como apóstol durante tres años, que había visto sus milagros, oído sus enseñanzas y disfrutado de la comunión personal con él, fuera capaz de desaprovechar sus privilegios.
Pero su caso nos obliga a pensar muy seriamente en la gravedad de la caída del hombre.
2.- Ser ingrato con Dios.
Hebreos 12:28 “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;”
3.- No estar contento con lo que Dios te da.
Ser ambicioso y ser codicioso.
Ese amor por el dinero le había convertido en una persona egoísta, totalmente indiferente ante las necesidades de los demás, pero lo que aún era peor, había endurecido de tal manera su corazón que se había vuelto insensible al amor del cual estaba rodeado. Hasta tal punto llegó su devoción por el dinero y su endurecimiento, que no le importaba robar, y finalmente, tampoco dudó en entregar al Señor por treinta monedas de plata.
Mateo 26:14-16 “Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, 15y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. 16Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.”
Juan 12:1-6 “Seis días antes de la pascua, vino Jesús a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, y a quien había resucitado de los muertos. 2Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él. 3Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. 4Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar: 5¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 6Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.”
Lucas 6:38 “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.”
5.- Ser hipócrita con Dios.
Juan 12:5-6 “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres? 6Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella.”
6.- Ser desleal con Dios.
Mateo 10:4 “Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.”
Mateo 26:47-50 “Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. 49Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: !Salve, Maestro! Y le besó. 50Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.”
7.- Dejarte usar por satanás.
Juan 6:66-71 “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 70Jesús les respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo? 71Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.”
Lucas 22:3 “Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce;”
Mateo 27:3-5 “Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, 4diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? !Allá tú! 5Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.”
Judas se arrepintió, pero acudió al lugar incorrecto, e hizo expiación por su pecado, cuando sólo la sangre Jesucristo puede limpiar y perdonar los pecados.
Para reflexionar:
¿Te estás comportando como Judas?
Ponte a cuentas con Dios.