Texto Bíblico:
Filemón 1:1-25 “Por lo cual, aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene, 9más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; 10te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones, 11el cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil, 12el cual vuelvo a enviarte; tú, pues, recíbele como a mí mismo. 13Yo quisiera retenerle conmigo, para que en lugar tuyo me sirviese en mis prisiones por el evangelio; 14pero nada quise hacer sin tu consentimiento, para que tu favor no fuese como de necesidad, sino voluntario. 15Porque quizá para esto se apartó de ti por algún tiempo, para que le recibieses para siempre; 16no ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. 17Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo.”
Esta carta fue escrita estando Pablo prisionero en Roma, y él la escribe para Filemón el cual estaba en Colosas. Onésimo había sido esclavo de Filemón, pero logra escapar de su amo Onésimo y por voluntad de Dios, Onésimo cae preso en la misma cárcel en donde estaba Pablo.
Pablo aprovecha ese tiempo y le habla del Evangelio del Señor Jesucristo, y Onésimo se convierte en su discípulo, poco después Onésimo sale libre y Pablo le escribe una carta a Filemón, para que reciba nuevamente a Onésimo, pero ahora no como esclavo, sino como hermano en Cristo.
Pablo apela al buen testimonio de amor de Filemón, para que olvide la vida pasada de Onésimo y ahora lo trate como cristiano, Pablo le ruega a Filemón que lo haga como si lo hiciera para el mismo.
Esta carta escrita a Filemón es una ilustración de la Redención del hombre.
1.- El pecador es un siervo que ha defraudado a su Señor.
Mateo 21:38-41 “Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad. 39Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron. 40Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿Qué hará a aquellos labradores? 41Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.”
Apocalipsis 4:11 “Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.”
2.- El fracaso del siervo es inevitable.
La condenación en el infierno es el desenlace ocasionado por defraudar a su Señor.
Filemón 1:11 “El cual en otro tiempo te fue inútil, pero ahora a ti y a mí nos es útil,”
1:17-19 “Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. 18Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta. 19Yo Pablo lo escribo de mi mano, yo lo pagaré; por no decirte que aun tú mismo te me debes también.”
3.- El Señor Jesucristo intercede al Padre, por ese siervo injusto.
El Señor Jesucristo paga la deuda de ese siervo.
1 Pedro 3:18 “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;”
Filemón 1:16-18 “No ya como esclavo, sino como más que esclavo, como hermano amado, mayormente para mí, pero cuánto más para ti, tanto en la carne como en el Señor. 17Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo. 18Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta.”
La intercesión se hizo con ruego.
Filemón 1:9-10 “Más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora, además, prisionero de Jesucristo; 10te ruego por mi hijo Onésimo, a quien engendré en mis prisiones,”
Hebreos 7:25 “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.”
4.- El deber como un siervo reconciliado.
No podemos hacer nada para pagar la deuda que Cristo pagó por nosotros, lo único que podemos hacer es:
a) Ser fieles a nuestro Señor.
b) Ser útiles en la obra de nuestro Señor.
c) Servirle por gratitud a lo que hizo por ti.
Hebreos 12:28-29 “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29porque nuestro Dios es fuego consumidor.”
Pará reflexionar:
Tú y yo estábamos en la misma condición que Onésimo, pero el Señor Jesucristo intercede por nosotros como Pablo lo hizo con Filemón.
Por la gracia de Dios Onésimo fue redimido, y nosotros también.
¿Qué estás haciendo como siervo redimido?
Ponte a cuentas con Dios.