Texto Bíblico:
Hechos 27:13-26 “Y soplando una brisa del sur, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, levaron anclas e iban costeando Creta. 14Pero no mucho después dio contra la nave un viento huracanado llamado Euroclidón. 15Y siendo arrebatada la nave, y no pudiendo poner proa al viento, nos abandonamos a él y nos dejamos llevar. 16Y habiendo corrido a sotavento de una pequeña isla llamada Clauda, con dificultad pudimos recoger el esquife. 17Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva. 18Pero siendo combatidos por una furiosa tempestad, al siguiente día empezaron a alijar, 19y al tercer día con nuestras propias manos arrojamos los aparejos de la nave. 20Y no apareciendo ni sol ni estrellas por muchos días, y acosados por una tempestad no pequeña, ya habíamos perdido toda esperanza de salvarnos. 21Entonces Pablo, como hacía ya mucho que no comíamos, puesto en pie en medio de ellos, dijo: Habría sido por cierto conveniente, oh varones, haberme oído, y no zarpar de Creta tan sólo para recibir este perjuicio y pérdida. 22Pero ahora os exhorto a tener buen ánimo, pues no habrá ninguna pérdida de vida entre vosotros, sino solamente de la nave. 23Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, 24diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho. 26Con todo, es necesario que demos en alguna isla.”
Introducción:
En torno al año 60, un barco trasladaba presos, entre los que se encontraba el Apóstol San Pablo, desde las colonias romanas del Mediterráneo hacia Roma. San Lucas detalla en los Hechos de los Apóstoles 27 la odisea por la que tuvieron que pasar los tripulantes hasta su naufragio frente a las costas de Malta con todo lujo de detalles.
La navegación era peligrosa, y Pablo advierte que no zarparan porque había peligro, sin embargo, no le escucharon y estando dentro de una terrible tormenta y a punto de morir, Pablo les anima a que no pierdan la esperanza, porque un ángel de Dios le había mostrado que sobrevivirían.
La Biblia siempre será el instructivo que le enseñará al cristiano, cómo actuar dentro de una prueba, y aunque todo parezca perdido, Dios le enseña, qué debe de hacer para no perder nunca la esperanza.
1.- Mantener la comunión con Dios en todo tiempo.
La tranquilidad y la esperanza se esfuma, cuando PERDEMOS la comunión con Dios.
1 Tesalonicenses 5:6-11 “Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. 8Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. 9Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. 11Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”
2.- Recordar de quien es usted.
Hechos 27:23 “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo,”
2 Timoteo 1:12 “Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.”
1 Juan 3:1-2 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.”
3.- Confiar en las Fidelidad de Dios.
Hechos 27:24-25 “Diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. 25Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.”
2 Pedro 3:9 “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.”
Génesis 22:7-8 “Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas ¿Dónde está el cordero para el holocausto? 8Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.”
Resultados:
Solo cuando ponga en práctica los puntos anteriores, jamás perderá la esperanza en las circunstancias más oscuras en que se encuentre, y es entonces cuando Dios le dará de su poder para conducir a otros que están desesperados, mostrando en todo tiempo, el ejemplo.
¿Está usted animado? Porque si no lo está, ¿Cómo podrá animar a los demás?
Póngase a cuentas con Dios.