Texto Bíblico:
Juan 12:23-26 “Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. 24De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. 25El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”
Introducción:
El término obediencia (con origen en el latín oboedientĭa, está relacionado con el acto de obedecer, es decir, de respetar, acatar y cumplir la voluntad de la autoridad o de quien manda.
La obediencia consiste en hacer lo que Dios diga, cuando, como y con quien Él diga. No hay espacio para la pasividad en lo relacionado a la obediencia a nuestro Padre celestial. Este nivel de compromiso requiere una decisión activa. La obediencia a Dios es una actitud que tenemos que aprender a aceptar. No es una cualidad que adquirimos de manera automática cuando nos convertimos en creyentes. En cuanto a ¿Cómo obedecer a Dios? el Señor Jesús nos proporcionó un ejemplo perfecto de sumisión al Padre.
El mandato que Dios le da al hombre es seguirlo, no hay cosa más importante en la vida del hombre que dejar todo lo que él mundo ofrece y seguir al Señor Jesucristo, pero el seguirle significa: Servirle
Dios le da la capacidad al hombre de poder tomar la decisión de servir, es decir poner en acción lo que se ha determinado hacer en Su Obra.
“El servir va más allá de un deseo o propósito mental”
Lucas 9:57-62 “Yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré adondequiera que vayas. 58Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 59Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. 61Entonces también dijo otro: Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. 62Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.”
Si Dios le ha puesto el deseo de que usted le siga, es con la finalidad de que también le sirva, el servicio en la obra de Dios no sólo está enfocado en:
Asistir a la iglesia, participar en el ministerio de la música, formar parte del equipo de enseñanza. “El servicio más importante dentro de una iglesia es ganar almas”
Y Dios no te escogerá porque tienes un alto grado de inteligencia, sino porque tienes un corazón dispuesto.
Lucas 17:10 “Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.”
Lamentablemente el primer y principal ministerio en las iglesias que es “ganar almas” ha sido olvidado o ha sido reemplazado por otros ministerios, pero Dios recompensa a todo aquel que obedece su mandato.
Juan 12:26 “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”
Dios promete honrar a todo aquel que lleve el Evangelio, y cada día trabajará en su vida.
Salmos 138:8 “Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.”
Es deber de todo cristiano seguir y servir a Dios, pero sólo se logrará si el cristiano permite que el Espíritu Santo de Dios gobierne su vida.
¿Cómo Podemos Servir?
1.- Orar Para Que El Espíritu Santo Hable Al Cristiano En La Predicación Y En La Lectura De La Biblia.
2.- La Escritura Siempre Enseñará A Tener Una Relación Con Dios Y A Llevar Fruto.
Mateo 28:18-20 “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
El servir al Señor Jesucristo significa entender y comprender lo que Dios tiene como propósito en la vida del cristiano.
Conclusión:
Todo ser humano ha fallado ante esta misma prueba, pues nuestra naturaleza nos impulsa a hacer lo que es de nuestro agrado. El Señor nos ha dado muchas bendiciones, pero cada vez que nos pide que nos despojemos de aquello que no le gusta, tratamos de encontrar excusas para no hacerlo.
Hay ocasiones en que hasta las usamos para justificar nuestras rebeliones, en especial cuando se habla de predicar el Evangelio, llegamos a creer que nuestras necesidades, circunstancias y sufrimientos son razones legítimas para desobedecer al Señor.
No nos damos cuenta de que nuestro Padre celestial hace uso de todo lo que viene a nuestra vida, para así cumplir sus planes en nosotros.
En ningún momento nos prometió que nos daría una vida fácil, libre de dolor y sufrimiento. Pero sí nos asegura que bendice a todos los que le obedecen.
Por Lo Tanto: Sea Sabio, Gane Almas