Texto Bíblico:
Mateo 13:18-23 “Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino. 20Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.”
¿Qué es el afán? Puede ser una labor ardua, el cansancio que deriva de alguna acción o un anhelo o aspiración.
¿Qué produce el afán?: Ansiedad, preocupación, distracción y autocompasión.
¿Qué enfermedades produce el afán?: Hipertensión, colitis, gastritis, ansiedad, nervios alterados, insomnio, etc.
La Biblia nos enseña a cerca del afán.
Mateo 6:28 “Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;”
Marcos 4:19 “pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.”
¿Qué debe de hacer para curarse de la ansiedad o del afán?
1.- Recuerde que “Todo tiene su tiempo”
Eclesiastés 3:1-9 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; 3tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; 4tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; 5tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar; 6tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; 7tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; 8tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz. 9¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?”
Juan 2:4 “Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.”
Juan 7:30 “Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.”
Juan 8:20 “Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.”
2.- Considera todas las cosas desde la perspectiva de Dios.
Proverbios 23:1-8 “Cuando te sientes a comer con algún señor Considera bien lo que está delante de ti, 2Y pon cuchillo a tu garganta, Si tienes gran apetito. 3No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso. 4No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste. 5¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al cielo. 6No comas pan con el avaro, Ni codicies sus manjares; 7Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo. 8Vomitarás la parte que comiste, Y perderás tus suaves palabras.”
3.- Date cuenta de que el tiempo para servir a Dios es muy corto.
Salmos 39:4-6 “Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. 5He aquí, diste a mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah 6Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.”
Lucas 21:34 “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día.”
Eclesiastés 5:18 “He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque esta es su parte.”
4.- Ponga toda su confianza en Dios. En todo tiempo confía.
Mateo 6:25-26 “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”
5.- Decídete a vivir una vida de oración.
Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.”
Ya tienes la receta que curará la angustia de tu mente, de tu corazón.
Para reflexionar:
Libérate de ese mal, echando todas tus preocupaciones sobre Dios, porque Él tiene cuidado de ti. ¿Estás listo?
Póngase a cuentas con Dios.