Lic. Isaías Rodríguez
Pastor de la Iglesia Bautista Berea de Monterrey, NL.
La caída del hombre en pecado.
El primer acto de desobediencia del hombre a los mandatos de Dios en el huerto del Edén constituyó lo que se conoce como el pecado original. Adán y Eva supieron a partir de ese momento que se había dado un cambio en su naturaleza. Y se sintieron diferentes, apartados de Dios, sin derecho a estar en Su presencia; y decidieron esconderse de Él. Ellos sabían que había surgido una distancia, una severa separación entre Dios y ellos. (Génesis 3:1-10). A partir de ese instante el hombre supo que su más grande necesidad era la de cubrir ese pecado de algún modo; así que cosieron unas hojas de higuera y se hicieron delantales para cubrir su desnudez. Desde entonces todo hombre que se reconoce como pecador, y que conoce lo que la Palabra de Dios establece como “la paga del pecado”, ha considerado como su más importante problema el cómo ser justificado delante de Dios. Job planteó nuevamente el problema al preguntarse “¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?” (Job 9:2). Abraham, Isaac, Jacob y todos los patriarcas tuvieron que confrontar la misma situación. David, el gran rey de Israel, al igual que sus antecesores y sucesores, así como los profetas tuvieron que resolver esa misma necesidad. Usted y yo tenemos también que considerar este problema. Necesitamos ser justificados delante de Dios. Seguir leyendo “La Justificación por la Fe”