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Tres Clases De Ruegos – Pastor Arturo Muñoz Guzmán
Texto Bíblico:
Lucas 8:26-39 “Y arribaron a la tierra de los gadarenos, que está en la ribera opuesta a Galilea. 27Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros. 28Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. 29(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.) 30Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. 31Y le rogaban que no los mandase ir al abismo. 32Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso. 33Y los demonios, salidos del hombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó. 34Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos. 35Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo. 36Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado. 37Entonces toda la multitud de la región alrededor de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos, pues tenían gran temor. Y Jesús, entrando en la barca, se volvió. 38Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: 39Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él.”
Introducción:
La palabra ruego, significa: Súplica o petición, hecha con el fin de alcanzar lo que se pide. La Biblia nos cuenta de una gran cantidad de milagros que hizo el Señor Jesucristo cuando estuvo en la tierra, una gran cantidad de enfermos y endemoniados eran sanados y lo único que tenían que hacer era creer en Él, en su Poder y en su misericordia.
Estos ruegos fueron hechos por :
Un leproso
Marcos 1:40 “Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.”
Un sordo tartamudo
Marcos 7:32 “Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima.”
Un ciego
Marcos 8:22 “Vino luego a Betsaida; y le trajeron un ciego, y le rogaron que le tocase.”
Jairo el principal de la sinagoga
Lucas 8:41 “Entonces vino un varón llamado Jairo, que era principal de la sinagoga, y postrándose a los pies de Jesús, le rogaba que entrase en su casa;”
Generalmente cuando escuchamos la palabra “ruego” entendemos un poco el carácter del que pide, al ser un ruego podemos visualizar la necesidad apremiante del que pide y la humillación que manifiesta fragilidad frente a la grandeza de a quien se le hace la petición, sin embargo, existen tres tipos de ruegos que el hombre le hace a Dios, los cuales denotan temor en algunos, indiferencia en otros o amor y agradecimiento.
Es importante recalcar que a Dios le agrada que el hombre le haga peticiones, reconociendo la grandeza de Dios y reconociendo también su debilidad y limitaciones como humano.
¿Con cuál se identifica?
1.- EL RUEGO de los que tienen miedo de ir al infierno, pero no tienen deseo de ir al cielo.
Lucas 8:28-31 “Este, al ver a Jesús, lanzó un gran grito, y postrándose a sus pies exclamó a gran voz: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes. 29(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.) 30Y le preguntó Jesús, diciendo: ¿Cómo te llamas? Y él dijo: Legión. Porque muchos demonios habían entrado en él. 31Y le rogaban que no los mandase ir al abismo.”
2.- EL RUEGO de los que quieren seguir viviendo lejos de la presencia de Dios y fuera de su voluntad.
Lucas 8:34-37 “Y los que apacentaban los cerdos, cuando vieron lo que había acontecido, huyeron, y yendo dieron aviso en la ciudad y por los campos. 35Y salieron a ver lo que había sucedido; y vinieron a Jesús, y hallaron al hombre de quien habían salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido, y en su cabal juicio; y tuvieron miedo. 36Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado. 37Entonces toda la multitud de la región alrededor de los gadarenos le rogó que se marchase de ellos, pues tenían gran temor. Y Jesús, entrando en la barca, se volvió.”
Salmos 49:20 “El hombre que está en honra y no entiende, Semejante es a las bestias que perecen.”
Jeremías 4:22 “Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron.”
Job 21:14 “Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros, Porque no queremos el conocimiento de tus caminos.”
3.- EL RUEGO de un cristiano agradecido.
Lucas 8:38 “Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él…”
Para reflexionar:
¿Cuál es el ruego que tú le estás haciendo a Dios?
Hoy ponte a cuentas con Él.
Orando Por Otros
Texto Bíblico:
Mateo 15:21-28 “Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. 22Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: !Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio. 23Pero Jesús no le respondió palabra. Entonces acercándose sus discípulos, le rogaron, diciendo: Despídela, pues da voces tras nosotros. 24El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: !!Señor, socórreme! 26Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora.”
Introducción:
Dios está preocupado por todos los hombres que Él por su poder creó, de tal manera que Él escucha las oraciones o las peticiones de todos los que en Él creen; Por el sacrificio de Jesucristo, todos los que eran gentiles se convierten después de recibirle como Salvador, en hijos de Dios.
Así que, aunque no somos judíos, por la sangre bendita de Cristo, somos pueblo suyo y ovejas de su prado, de tal manera que Dios nos escucha ya que Él no hace acepción de personas.
Todos podemos acercarnos confiadamente al trono de su gracia y pedir aún por aquellos que están alejados de Él y que muestran una resistencia a su Palabra. Dios le agrada que oremos por los demás, aun los rebeldes e inconversos, porque de esa manera demostramos el amor hacia el prójimo.
Efesios 2:14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,”
Romanos 3:29 “¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles.”
Romanos 10:12 “Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan;”
1.- Cuando oramos por otros, es porque tenemos una profunda aflicción por las necesidades de los demás y eso nos estimula a orar por ellos.
A pesar de que ellos muestren insensibilidad ante el conocimiento de Dios, debemos orar por ellos.
2.- El orar por otros nos enseña que debemos perseverar en nuestras oraciones y peticiones.
¡No te des por vencido! ¡Sigue clamando, Dios pronto contestará!
Lucas 18:2-7 “Diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia. 6Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. 7¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?”
Orar significa hablar con Dios de manera genuina, por eso debemos de orar siempre ya que es una necesidad.
No te canses, sigue hablando con el Señor, una de las maneras de comprobar que hay fe en nuestros corazones hacia nuestro Dios, es a través de la oración.
Oraciones para interceder por otros, y más si se trata de alguien muy cercano a ti y que está alejado de Dios.
3.- Dios honra la humildad del hombre y de la mujer.
Mateo 15.25 “Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: !Señor, socórreme!”
Cada oración que hagamos a Dios debe de ser acompañada de humildad, reconociendo en todo momento la grandeza y el poderío de Dios.
Proverbios 16:19 “Mejor es humillar el espíritu con los humildes, Que repartir despojos con los soberbios.”
Santiago 4:10 “Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.”
1 Pedro 5:5-6 “Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. 6Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;”
Lucas 17:16 “y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.”
Dios siempre recompensará al que, de manera humilde, con un corazón contrito y humillado se acercan a Él, para rogarle por ayuda.
Isaías 57:15-16 “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados. 16Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado.”
Isaías 66:2 “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.”
Conclusión:
Debemos de orar por otros, si aún no lo estamos haciendo, debemos de tomar decisiones y sobre todo si queremos ser honrados por Dios, de manera humilde debemos orar por las necesidades de otros, orando y perseverando en la oración.
Ponte a cuentas con Dios.